De - ciertos vacíos: vida y ausencia en Ciudad Juárez
- Santamaria
- 28 oct
- 3 Min. de lectura
Actualizado: hace 1 día
Pieza de arte de proceso
5 días/25 horas
Museo de Arte de Ciudad Juárez
De ciertos vacíos que abren en el corazón de un destino

Este trabajo se situó en un contexto muy particular, en una de las ciudades fronterizas más conflictivas a lo largo del muro que nos separa de los Estados Unidos: Ciudad Juárez. Esta cabecera municipal, urbe vertiginosa, parece presentar todas las condiciones para mellar o quebrar el deseo de vivir. Sin embargo, hay mucha gente que resiste, sobrevive y vive, que sigue haciendo la vida a pesar de todo lo que esta ciudad neurálgica les ha impuesto hasta ahora. Lo cierto es que dentro de todo lo complejo que pueda ser y la multitud de vivencias y realidades que ahí se presenten, sin duda, la pobreza, la falta de empleos, la violencia, el constante peligro, la delincuencia, la tensión social y la corrupción, son los ingredientes de un caldo de cultivo propicio donde los más vulnerables corren un alto riesgo de recurrir al suicidio como vía de escape o solución, como se le quiera ver. El trabajo que hice en Ciudad Juárez intentó, más allá de informar y movilizar la opinión pública sobre este delicado y espinoso fenómeno existencial, ser un lugar que alojara, para cualquiera, la posibilidad de aproximarse y expresar su sentir al respecto.
Pude hablar con mucha gente que tenía relación, cercana o lejana, con alguien que había pasado al acto del suicidio, logrado o no. Esto imponía las más inquietantes interrogantes o sentires a varias de estas personas que me lo reportaban, especialmente aquellas cuyo familiar: hijo, hija, hije, esposo, esposa, madre, padre, se vio involucrado en tal situación. En su gran mayoría se trata de hombres y gente joven. Sea lo que fuese que les condujo a dar este paso, lo cierto es que abren una realidad alrededor de la cual se construyen tantos discursos que encubren lo que todos tenemos que ver en eso: también somos vulnerables, frágiles; aunque no sabemos qué tan frágiles lo seamos o lo sean nuestros seres queridos. No quiero decir que esa fragilidad nos conduzca al suicidio, sino que se trata de reconocer la verdad ineludible de que somos frágiles, pero que también se puede vivir mejor si sabemos cómo. El no saber se puede elaborar, el saber sobre uno mismo y el conocimiento sobre nuestra fragilidad da paso a una nueva perspectiva de ver la realidad humana, y de vivirla.
Así, con mi proyecto trataré, asimismo, de subrayar la importancia de la creatividad y el arte como un medio de sublimar el impacto de las experiencias traumáticas en la vida pretérita y actual, así como base formativa en cualquier sistema educativo para dar herramientas de expresión. Y esto trasciende como la misma educación en todos sus ámbitos, incluido el amor al conocimiento, a indagar y a buscar lo que resuena con lo más íntimo de cada uno de nosotros en una cultura que haga lazo con los demás.
Fotos Paloma Ruiz
Día 1 / 5 horas
De la nada a la nada a destiempo

Antes de nada nada

Fantasmagoría de la propia ausencia

Elaboración de un vacío

Declaración para la acción

Día 2 / 4 horas
Recapitulando de lo que me tiene

Resolviendo el azul. Outing the blue

Una vez ahí, ¿Quién hace la pregunta correcta?

Cadena de palabras que no hacen sentido

Día 3 / 3 horas
Ofrenda del viento

No soy, por eso pienso

"Más de une pisamos esa tela oscura"

Día 4 / 2 horas
Tormenta de arena, pensamientos y compañía

Día 5 / 1 hora
La última hora. Tantas historias
























































































































